¿Por qué «El despertador»?

Porque  es un espacio para “despertar” a través de la reflexión social sobre las «emergencias» que forman parte del andamiaje social y que no son perceptibles a simple vista. En efecto, hay tantas situaciones de las cuales parecemos ser servidumbre voluntaria o involuntaria de algún Otro que nos domina y donde resulta muy difícil ser conscientes sobre qué es y cómo opera.

Una y otra vez somos repetidores de este discurso que resuena en nuestro interior como un eco de este Otro. Intuir que este discurso de poder (político) actúa en cada uno oprimiendo la creatividad no siempre es tan simple.

El despertador es un dispositivo de alerta que brinda la posibilidad de afinar el oído, la vista y también el cuerpo (que  suele hacer síntoma de aquello que queda sin forma y sin texto) de manera de generar y recrear nuevos discursos, haciendo a la persona responsable de su posición.

¿Qué son las emergencias?

Es todo aquello que «emerge» y que se configura cuando algo irrumpe como inesperado y que trae consigo un sentido,. Entrega información de aquello que no es visible en el entramado social. Una especie de radiografía, porque se requiere de otro tipo de “luz” para mostrar lo que no se ve a simple vista.

 ¿Por qué El despertador es un dispositivo?

Este dispositivo tiene como función una estrategia: generar una interrogación sobre el saber,  poder y subjetividad para relacionar desde distintos puntos de interés la reflexión profunda (ética) generando así un horizonte para  innovar, recrear y hacer algo nuevo consigo mismo y con el entorno. Pero para ello, cada uno debe hacerse responsables de su “postura frente a..” , es decir,  de su posición frente a las cosas, la que siempre -finalmente- es una posición política.